Cuántas veces la poesía es transporte a realidades vivas capaces de contener los sentimientos que quizá unas líneas -unos versos- no podrían. La poesía salva incluso en eso; es hermosa incluso en su humildad; cuando la palabra se hace demasiado pequeña como para albergar un corazón que se expande, sabe llevar a este a la calma.
Tú, inconmensurable sin igual,
Titán adorado por guerreros y artistas
Eres el cielo azul venido a la tierra
Que desde nuestros albores
Cautivaste y refinaste.
Tu grandeza intimida,
Tu pureza deslumbra
Y tus misterios inspiran.
Mar que del que venimos
Y siempre hacia ti miramos
Con añoranza y nostalgia
Permíteme darte las gracias.
Son tus frías olas
Mis suspiros de vida;
Tu espumoso rugido,
Mi refugio del pesar;
Tu salada corriente,
Mi transporte a la paz.
Diego Piqueras
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