domingo, 19 de junio de 2016

Soneto buscando el oro en mil caderas

Llevo muchísimo tiempo escondido
entre los rincones de cualquier bar,
buscando sonrisas para salvar
mi mente cansada de tanto ruido.

Pero ese ruido va a acabar perdido;
yo tan herido, tengo que encontrar
una mirada que sirva de hogar;
una mirada que sirva de abrigo.

Una palmada en el corazón,
un beso lento, pero muy potente;
una coartada llena de pasión.

Un objetivo, besos en la frente,
un hada loca que sirva de avión
al paraíso; que cure mi mente.

                           Rubén Aguilar, 1º Bachillerato

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