Las heridas escuecen
y, cuando son en el alma,
aún más duelen
al dejar cicatrices
que recuerdos a veces
nos traen
con los que fuimos felices.
Y, aunque perdonar es difícil,
más lo hace tener de qué arrepentirse.
Suelta lo que te pese,
consigue vivir libre
y estate en paz con el mundo al irte.
Diego Piqueras Sanz, 1º Bachillerato
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