Una vez más, el amor se adueña del verso, lo hace suyo, vuela en él ...
Amor de niños,
amor iluso,
el mío y el tuyo.
Entre las manos nuestras vidas,
entrelazadas,
entrelazadas nuestras almas.
Somos un par de enamorados locos,
ciegos por un sentimiento,
ciegos por una razón,
una vida juntos,
mi único deseo;
mi razón de ser y de existir,
solamente
para hacerte feliz;
una sonrisa tuya
ilumina el día más triste,
el día más nublado,
lluvioso o seco;
tu presencia arrasa
con mi soledad.
Como un disparo en el corazón
mi vida robas
y, sinceramente, tampoco me importa:
sólo quería tu amor
desde el corazón.
Tus manos suaves como algodón
y blancas como la nieve,
de ojos miel y pelo negro,
perfección de belleza
en tu cuerpo encuentro.
Te Amo y no aguanto callarlo,
expresarlo
con el boli y el papel,
dedicando mi amor,
parte de mi corazón.
Soy tu prisionero,
y de esta cárcel no quiero salir;
encadéname a tu vida,
castígame con tu amor
que viniendo de tus manos
lo aguanto sólo yo.
Mariana Gómez Loaíza, 2º ESO
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